domingo, abril 08, 2007

TARDE DE DOMINGO
Te espero
para que no me duelan los hombros.
Aquí, frente a una tabaquería
que mas bien parece
licorería de $10.000 hacia arriba.
Todos tienen mochilas.
Todos haban idiomas.
Todos caminan.

Yo espero
con un lápiz lloroso
y sin hombros
que es distinto a con hombres.
Yo ya no escribo
y se nota ciertamente
por el mal aliento
de cada una de estas letras.

Todos parecen gringos
y es que todos tienen
la “mansa espalda”.
Todo esto es urbano
aunque no de las urbes.
Llegando:
con las manos ebrias
con el cuello torcido
y con el disgusto indeseable
de las tardes de domingo
.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

fantástico

m dijo...

Lo dices solo porque tuviste la primicia…